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Teoría Gaia

En año el 69, James Lovelock, un investigador del Reino Unido le dio a conocer al mundo la teoría Gaia, esta afirmaba que la tierra es un organismo con vida y  que este que elabora su mismo hábitat.

La hipótesis sonaba un poco descabellada, por lo que nunca fue tomada realmente en cuenta dentro de la comunidad científica, básicamente porque contradecía las teorías de la evolución.

A pesar de esto, James conceptualizó a Gaia como “un organismo muy complejo que incluye a todos sus parámetros considerando a todo este conjunto como un sistema que se retroalimenta buscando un ambiente favorable”.

Desarrollo de la Teoría


En el año 1960, el científico Lovelock fue contratado por la NASA para desarrollar un estudio que permitiera conocer si existe vida o no en Marte. Para ello, hizo una comparación entre las atmósferas de La Tierra, Venus y por supuesto la propia Marte.

Según sus conclusiones, es la presencia de vida dentro de un planeta lo que afecta su composición atmosférica. Es por esta razón que Marte y Venus no poseen vida, ya que sus atmosferas poseen más de noventa y cinco por ciento de CO2 y sólo un poco de oxigeno, casi absolutamente nada en comparación con la Tierra.

Gracias a este estudio, el investigador elaboró modelos en computadora que probaban que si no existiera vida en nuestro planeta, la temperatura se elevaría a tal punto que sería completamente inhabitable.

Y fue por esta razón, luego de haber sacado estas conclusiones en este estudio, Lovelock presentó al mundo la teoría Gaia, un planeta como un organismo gigante dependiente de otros más pequeños.

Podría decirse que es como una especie de simbiosis, algo parecido con lo que hacen nuestros microorganismos intestinales, mientras estén en equilibrio, nos ayudarán a nosotros y nosotros a ellos.

Dentro de uno de sus postulados se dice que “La Tierra no es un pedazo de roca de tamaño planetario habitado por vida, así como el cuerpo humano no es un esqueleto infestado de células.”

La teoría Gaia


Esta hipótesis también se podría interpretar como un procedimiento de evolución cooperada, que tiene la capacidad de cambiar completamente el paradigma que tenemos con la teoría de la evolución de Darwin.

Es decir, que como lo dice esta última teoría, la vida no se adapta a las condiciones del ambiente de forma pasiva, sino que más bien, la presencia de la vida altera poco a poco las condiciones del ambiente.

Para ponerlo un poco más en contexto, hay que ir hasta algunos miles de millones de años terrestres atrás, aquella época cuando la atmósfera de la tierra era muy parecida a la de Marte y Venus, es decir, con concentraciones muy elevadas de CO2 y poco oxígeno.

Para esto, el científico atmosférico hacía la afirmación de que existe un “sistema de control del calor”, así como de salinidad en los mares y los sistemas de composición de la atmósfera.

Esto es debido a que se expresa que la temperatura en la tierra ha estado de manera bastante igual en relación toda la energía que entrega el sol, lo mismo sucede con la sal en los océanos.

Que demuestra la teoría


Para este científico, esta teoría expresa que “la evolución de las especies y la evolución de su medio ambiente ocurren a la par como un único e inseparable proceso”.

Por lo que el planeta y los seres que lo habitan no pueden cambiar sin afectarse a ambos. Sin embargo, esto no explica muy bien como apareció la vida en la tierra por primera vez, así que se devuelve al punto inicial cada vez que surge este tipo de postulados.