En términos generales, se puede definir una reacción química como cualquier transformación que puede presentar una sustancia, luego de atravesar algún proceso.
De forma más específica, las reacciones químicas son los procesos donde una sustancia, que recibe la denominación de reactivo, pasa bajo la acción de un elemento energético, para transformarse en un producto.
Un ejemplo simple de este concepto, es la reacción química que resulta del contacto entre el oxígeno del aire y el hierro. Dejando como consecuencia visible, la constitución del óxido de hierro.
Dentro de una reacción química, los reactivos involucrados, que pueden ser elementos o compuestos químicos, sufren un cambio de propiedades, una alteración de su estructura atómica, incluyendo la alteración de los enlaces.
Además, existen diferencias de acuerdo al estado de la energía dentro de la reacción. Se distinguen dos casos, en el primero, la energía es absorbida (reacción endotérmica). Y en el segundo, la misma es liberada (reacción exotérmica).
Las reacciones químicas, se clasifican según la energía que se necesita durante el proceso, y lo que ocurre con ella. También se toma en cuenta, las alteraciones a las que son sometidos los reactivos.
ÍNDICE
Reacción de síntesis
Se refiere a la reacción donde dos o más sustancias químicas (reactivos) se combinan, y arrojan como resultado un producto totalmente único.
Básicamente, la unión de dos reactivos simples, dan paso a la formación de un compuesto más complejo, puesto que, la reacción implica la separación de la organización atómica de cada uno de las sustancias.
Luego, la estructura vuelve a agruparse, dando paso a una nueva organización, perteneciente a un nuevo compuesto.
Póngase por caso, el sulfuro de hierro, que viene dado a partir de la combinación de dos elementos químicos, el azufre y el hierro, arrojando un producto con propiedades diferentes y nuevas.
Reacción de análisis o descomposición
Dentro de esta reacción, todo el proceso se activa cuando un solo compuesto químico es sometido a la acción de algún disolvente. Entonces, comienza a descomponerse, hasta que se obtienen dos o más sustancias derivadas.
Lo que ocurre aquí, es una desintegración de los átomos de la sustancia inicial. Por lo tanto, cuando los átomos vuelvan a reunirse, los compuestos resultantes serán mucho más simples que el original.
En ocasiones, las reacciones de este tipo, requieren de procesos como la electrólisis, que consiste en separar sustancias empleando la energía eléctrica. Como ocurre con la desunión del oxígeno y el hidrógeno que forman el agua.
Reacción de desplazamiento o de simple sustitución
Para que esta reacción se lleve a cabo, tienen que entrar en juego dos compuestos químicos sólidos, dentro de un tercer agente químico líquido, que vendrá a cumplir la función de enlace.
El resultado de una reacción de desplazamiento, será un compuesto acuoso puro y otro elemento puro más complejo.
A modo de ejemplo, se puede tomar la introducción de una hoja de zinc, dentro de una solución de ácido clorhídrico. Luego de la reacción, se habrá obtenido cloruro de zinc, además de la liberación de gas de hidrógeno.
Reacción de doble desplazamiento o doble sustitución
Una reacción de doble sustitución, ocurre cuando dos reactivos se unen, y al reaccionar sus átomos se separan, para luego intercambiarse y reordenarse, dando paso a la formación de dos nuevos productos diferentes.
El proceso debe ser llevado a cabo de forma alterna, para dar espacio a la correcta unión de los elementos. En caso contrario, ocurriría una reproducción de los agentes iniciales.
Por ejemplo, cuando reaccionan juntos el ácido sulfúrico más el hidróxido de bario, lo que se obtiene como producto es agua y sulfato de bario.