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Clasificación de las sociedades mercantiles

El término de sociedad mercantil, es empleado para denominar a una organización reconocida como persona jurídica, y creada con el objetivo de desarrollar diferentes actividades de orden comercial.

Ante la ley, esta entidad es un a persona jurídica separada de sus integrantes, quienes han aportado un capital, para juntos alcanzar un beneficio económico, sujeto al Derecho comercial.

Además de la personalidad jurídica, una sociedad mercantil es poseedora de un patrimonio también. Éste, puede dividirse en dos tipos: patrimonio activo, los bienes y derechos; patrimonio pasivo, las obligaciones y deudas de la sociedad.

Haciendo caso de su constitución, es posible categorizar a las sociedades mercantiles en tres grupos: sociedades de personas, sociedades intermedias y sociedades de capital.

Sociedades de personas

Para este tipo de sociedades mercantiles, el valor principal viene dado por sus socios, desde los principios éticos y sociales que puedan aportar para manejar la organización, y alcanzar sus objetivos.

Otra de sus características particulares, es observada en la poca autonomía que tienen sobre su propio capital. Siendo la calidad del trabajo, el principal objetivo de esta sociedad, dejando en segundo plano lo lucrativo.

Sociedad colectiva

Dentro de esta subclase de las sociedades de personas, la responsabilidad total para la administración de la misma cae, completamente, en las manos de cada uno de los socios.

Por lo tanto, todos los integrantes de una sociedad colectiva trabajan de forma solidaria e ilimitada, colocando por encima el beneficio de la organización. Dispuestos a solucionar cualquier eventualidad económica que se presente.

Sociedad en comandita

Esta sociedad se caracteriza por tener dos tipos de socios: unos estarán encargados de aportar los activos, y esa será su contribución. Mientras que los restantes, invertirán tiempo y conocimiento como si se tratase de una sociedad colectiva.

Sociedades de capital

El valor de los miembros de una sociedad de capital, será determinado tomando como base el tamaño del aporte económico que éste realice.

La razón de esto, se encuentra en la intensión que llevó a la creación de la sociedad, en primer lugar. La cual sería, conseguir los fondos económicos suficientes para perseguir un objetivo comercial lucrativo.

Del mismo modo, las sociedades de capital se dividen en dos subcategorías más, de acuerdo con la variabilidad del capital establecido.

Sociedad en comandita por acciones

Para formar este tipo de sociedad de capital, la inversión total se dividirá en acciones, según el aporte de cada miembro. De los cuales, se eligen a varios, quienes administrarán la organización.

Sociedad anónima

Se conforma con tres clases de capital: el autorizado, el suscrito y el pagado por los accionistas. Las responsabilidades de cada socio, se determinarán según el aporte que haya realizado.

Sociedades intermedias o de naturaleza mixta

Aquí se unen los aspectos principales de las sociedades de personas y de las sociedades de capital. Pues, tiene igual importancia, la calidad del trabajo que se busca, y el aporte económico que se pueda conseguir.

En ocasiones, su dirección comercial es un poco confusa. Sin embargo, al lograr balancear entre sus miembros las responsabilidades del trabajo y el capital, se convierten en sociedades muy estables.

De ese modo, las sociedades intermedias, pueden dividir su capital en acciones, y decidir quiénes serán los socios encargados de administrar la sociedad, de acuerdo a sus capacidades.

Sociedad de responsabilidad limitada

Cuando el aporte total del capital ya ha sido repartido en acciones, la junta de socios se organizará para delegar responsabilidades como la administración y la representación legal.

Los miembros que sean elegidos, deberán tener en claro sus responsabilidades y limitaciones, porque no se debe olvidar que todos los socios tienen derecho sobre estas áreas.