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Metodos de enseñanza

Enseñar es un arte que no puede ser desarrollada por cualquiera por mero capricho. Se trata de una ciencia que requiere del estudio constante y el desarrollo de técnicas específicas a través de las cuales se puede transmitir de manera más fácil el conocimiento.

A estas técnicas se les conoce como métodos de enseñanza y se definen de esa misma manera, formas en las que se puede dar ciertos temas y recursos a los estudiantes con el fin de que adquieran el conocimiento en su totalidad.

Con el fin de hacer más eficiente el aprendizaje, estos métodos son el resultado de años de estudios y pruebas que han llevado a la optimización de cada uno y han sido utilizados y respaldados por maestros alrededor del mundo.

División de los métodos de enseñanza.

Estos métodos se pueden dividir en tres grupos distintos:

  1. Los de investigación, donde se profundizan los conocimientos.
  2. Los de organización, que buscan estructurar y ordenar los esfuerzos de las partes para hacer más rápida la enseñanza.
  3. Y los de transmisión, que tratan cómo se hace llegar la información al alumnado.

Los métodos de enseñanza se pueden clasificar, a su vez, por la manera en que se aplica la docencia y las dinámicas que implican. De esta manera, podemos resaltar algunas clasificaciones como:

Basados en razonamiento.

Buscan acentuar el uso de la razón por parte del alumno, comúnmente por comparaciones. Se divide en método deductivo, donde se comienza generalizando y luego se particulariza el tema; inductivo, donde ocurre lo contrario; y analógico, donde se presentan los datos de forma que permitan sacar conclusiones por comparación.

Basados en la secuencia de las lecciones.

Tratan la estructura secuencial de la enseñanza. Acá podemos resaltar el método lógico, donde se estructuran los hechos de manera que se vaya desde una aproximación sencilla y se aumenta la complejidad a medida que avanza la materia. También está el método psicológico, donde se adapta el contenido a los intereses y experiencias del estudiante.

Basados en cómo se hace llegar la información.

Se dividen en ver balístico e intuitivo. El primero utiliza la palabra, sea oral o escrita, para transmitir el conocimiento.

El segundo aprovecha el auxilio de objetivaciones y material visual.

Basados en la flexibilidad.

Abordan la posibilidad de adaptar el régimen educativo. Puede ser rígido si se mantiene constante y evitan la espontaneidad, o semirrígidas, si permiten adaptar el contenido al contexto actual.

Basados en participación del alumnado.

Pueden ser pasivos, si el profesor acapara la mayor participación en la clase y el alumnado se limita a recibir conocimientos; o pueden ser activos, donde el alumnado participa activamente en la clase y suele llevar el ritmo de la lección.